Los vaporizadores están cambiando por completo la forma en que consumimos marihuana, tanto con fines recreativos como medicinales. En este artículo analizamos trucos sencillos que te ayudarán a usar tu vaporizador para hierba seca de manera correcta. lucas sumpter
Vaporizar ha cambiado para siempre la manera en que la gente disfruta de la marihuana. Al ofrecer una forma potente y fiable de consumir cannabis tanto con fines recreativos como medicinales , pero sin los riesgos para la salud asociados con fumar, los vaporizadores se están convirtiendo poco a poco en un artículo conocido para la mayoría de los consumidores habituales. Y gracias a los avances en la tecnología de vaporización, los vaporizadores se están volviendo más portátiles y asequibles que nunca. Tanto si eres un "vapeador" experimentado como un recién llegado, a continuación compartimos 8 sencillos trucos para vaporizar hierba.
Lo fresco siempre es mejor. Recuerda que tu experiencia vapeando solo será buena en la medida que lo sea la hierba que estés vaporizando. El proceso de vaporización reside en la humedad, pues consiste en calentar una sustancia hasta el punto en que los compuestos que forman parte de ella alcanzan el punto de ebullición, y forman un vapor que se puede inhalar como si de humo se tratara. De ahí que siempre sea mejor utilizar hierba fresca, ya que es más probable que tenga mayores concentraciones de humedad.
La hierba que introduzcas en tu cámara no debería estar ni demasiado húmeda ni demasiado seca. Una buena forma de comprobar el contenido de humedad de tus cogollos es tocarlos. Tu hierba no debería parecer húmeda ni mojada al tacto, pero tampoco seca hasta el punto de poder deshacerla entre los dedos como polvo fino.
Una vez hayas inspeccionado y determinado que tu hierba es adecuada para vaporizar, ha llegado el momento de picarla. Picar tu hierba ayuda a aumentar la superficie expuesta. A su vez, esto permite que el calor del vaporizador penetre mejor en el material vegetal y produzca un vapor agradable, denso y sabroso. Cuando vaporices hierbas secas, asegúrate de molerlas bien, de manera uniforme, ni mucho ni poco. La mejor forma de hacerlo es mediante un grinder de hierba manual o eléctrico. Si no dispones de una de estas herramientas, pica tu hierba como lo harías normalmente. Simplemente recuerda que si quieres obtener un molido uniforme, probablemente te cueste más si no dispones de un grinder de hierba adecuado.
Consejo de profesionales: nunca piques más hierba de la que necesites para llenar una cámara entera, ya que los restos de hierba molida se secarán mucho más rápido.
3. COMPRUEBA LA TEMPERATURA
La temperatura es el aspecto más importante de vapear. Por eso es vital que aciertes con el ajuste de temperatura de cada sesión, tanto si vas a vapear hierba seca como concentrados. Por desgracia, encontrar la temperatura adecuada no es tan simple como parece. Por regla general, la temperatura para vapear debería estar entre los 180 y los 210 ºC. Sin embargo, tendrás que experimentar para encontrar el ajuste ideal. Los distintos cannabinoides se vaporizan a temperaturas diferentes, y ligeras variaciones en el contenido de humedad de tu cogollo o la textura con la que lo hayas picado también pueden afectar a cómo se vaporice tu hierba. Además, muchos usuarios sostienen que vapear a distintas temperaturas produce efectos diferentes. Las temperaturas más bajas suelen hacer que los consumidores estén más funcionales, con la cabeza más despejada, mientras que las temperaturas más altas suelen producir una intensa sensación de euforia y relajación.4. LLÉNALO BIEN, PERO NO DEMASIADO
Al igual que al fumar mediante un bong o una pipa, la forma en la que rellenes la cámara de tu vaporizador tiene un impacto enorme sobre la experiencia general.
De nuevo, tendrás que encontrar el punto justo para llenar tu cámara con hierba suficiente como para generar una buena cantidad de vapor, pero sin pasarte.
Al mismo tiempo, no te interesa que la cámara rebose, ya que esto podría afectar al flujo de vapor desde la cámara hasta la boquilla. En ocasiones, llenarlo demasiado también puede dañar el interior de tu vaporizador.
5. PRECALIENTA EL VAPORIZADOR
Los vaporizadores son como los hornos, necesitan un poco de tiempo para alcanzar su temperatura. Al igual que no meterías un pollo en un horno frío, tampoco deberías introducir tu hierba en un vaporizador al que no le hayas dado tiempo de calentarse. Por fortuna, la mayoría de los vaporizadores portátiles modernos son capaces de precalentarse en tan solo unos segundos, lo que se traduce en que el vaporizador suele estar listo para cuando hayas acabado de moler tu hierba. No obstante, algunos modelos más antiguos o vaporizadores de sobremesa suelen tardar un poco más en calentarse. Independientemente del tipo de vaporizador que emplees, asegúrate de leer sus instrucciones y de aprender a precalentarlo. Esto garantizará que la hierba se vaporiza correcta y consistentemente, lo que producirá una experiencia de vapeo con la que disfrutarás cada vez.
Al vaporizar, recuerda dar caladas cortas y suaves. Cuando los vaporizadores aparecieron por primera vez en el mercado, se puso de moda dar caladas enormes, largas y profundas de las boquillas, como si estuvieses tratando de tragar un trozo de fruta a través de una pajita del fondo de tu batido.
Vapear así tiene dos inconvenientes principales: Lo primero de todo es que darle caladas largas y fuertes a tu vaporizador puede provocar que arrastres parte de la hierba de la cámara, y que la introduzcas en tu boca a través de la boquilla. En segundo lugar, dar caladas fuertes constantemente al vapear introduce aire frío en la cámara. Esto termina reduciendo la temperatura de tu vaporizador, por lo que al aparato le cuesta más funcionar, y acaba afectando a la calidad de tu vapor.
7. EVITA LA COMBUSTIÓN
La combustión es lo primero que deberías evitar al vapear. La combustión es lo que ocurre cuando enciendes el extremo de un porro, blunt o bong. Al combustionar tu hierba, básicamente estarás descomponiendo los enlaces químicos que hay dentro de la misma, y creando los denominados "radicales libres". Estos compuestos se pueden entonces combinar unos con otros creando cientos de nuevos compuestos, la mayoría de los cuales son altamente tóxicos y cancerígenos. Ten presente que la razón más probable por la que vapeas es precisamente para evitar los efectos secundarios negativos derivados de fumar. Por eso tómate tu tiempo para experimentar con distintas temperaturas para encontrar el punto ideal que permite la mejor producción de vapor, pero sin llegar a quemar tu hierba.
Los consejos de temperatura que hemos mencionado más arriba son un buen punto de partida, pero recuerda dedicar un tiempo a probar los ajustes durante cada sesión, para darte cuenta de las diferencias de contenido de humedad y consistencia física de tu hierba.
8. MANTÉN TU VAPORIZADOR EN BUEN ESTADO
Por último, pero no menos importante, la mejor manera de garantizar una experiencia de vapeo fantástica es realizar un mantenimiento adecuado de tu vaporizador. Los vaporizadores, como cualquier otro aparato, deben conservarse de forma correcta para funcionar de forma adecuada.
Cuando adquieras un vaporizador, asegúrate de leer las instrucciones de mantenimiento que incluye el fabricante en el manual de instrucciones. Sigue estos pasos y acostúmbrate a limpiar tu vaporizador con frecuencia, así como a reemplazar las partes según sea necesario.
Los vaporizadores pueden ser bastante caros. Para asegurarte de que el tuyo dura tanto como debería, recuerda cuidarlo y conservarlo tan bien como cualquier otro dispositivo caro.
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